El Cambio Climático es una variación de los patrones naturales del clima, que ha producido en la Tierra un Calentamiento Global, es decir, un aumento de la temperatura promedio de la superficie.
Un abrumador consenso científico mantiene que el Cambio Climático se debe principalmente a actividades del tipo antropogénico (humanas), principalmente, al empleo de combustibles fósiles, que al quemarse liberan dióxido de carbono (CO2) y otros gases de efecto invernadero a la atmósfera.
Las grandes preguntas sobre el Cambio Climático
Por dicho efecto, la retención de gases es mayor y por tanto suben las temperaturas del aire, la tierra y el agua. Dicha circunstancia influye de manera negativa sobre los ecosistemas y la vida en general, incluyendo el aumento del nivel del mar, los fenómenos meteorológicos extremos (inundaciones, huracanes, tsunamis, etc.), las sequías y mayores probabilidades de que se desaten incendios forestales.
Causas del Cambio Climático
- “El clima de la tierra es dinámico y cambiante y desde siempre ha seguido un ciclo natural. El problema es que los cambios que se están produciendo hoy en día se han acelerado debido a las actividades del hombre.” Las causas del cambio climático se pueden dividir en dos categorías: las que se deben a causas naturales y las antropogénicas (creadas por el ser humano).
Causas naturales
Deriva continental
Hace 200 millones los continentes formaban parte de una gran masa. Prueba de ello es la similitud entre los fósiles de plantas y animales y amplios cinturones de rocas que se encuentran en la costa este de América del Sur y la costa occidental de África, que están separados por el Océano Atlántico.
Cuando las masas de tierra comenzaron un distanciamiento gradual se formaron los continentes actuales. Esta deriva también tuvo un impacto en el clima, ya que la separación de las masas de tierra cambió el flujo de las corrientes marinas y los vientos, lo que afectó el clima.
Volcanes
Cuando un volcán entra en erupción arroja grandes volúmenes de dióxido de azufre (SO2), vapor de agua, polvo y cenizas a la atmósfera. Aunque la actividad volcánica puede durar sólo unos pocos días, su influencia en los patrones climáticos puede extenderse por varios años, siendo, por tanto, una de las causas principales del cambio climático.
El dióxido de azufre se combina con el agua para formar pequeñas gotas de ácido sulfúrico que junto con los gases y partículas de polvo bloquean parcialmente los rayos entrantes del sol, lo que lleva a un enfriamiento global.
En el año 1816 a menudo citado como «el año sin verano», se dieron una serie de trastornos climáticos en casi todo el mundo. Estos fenómenos extraños se atribuyeron a una gran erupción del volcán Tambora en Indonesia, en 1815.
La inclinación de la Tierra
La tierra recorre una órbita completa anual alrededor del sol, pero también está inclinada en un ángulo de 23,5 ° con respecto al plano perpendicular de su trayectoria orbital.
Por la mitad del año en el hemisferio norte se inclina hacia el sol, en la otra mitad la tierra se aleja del sol y es la causa de las estaciones.
La órbita de la Tierra es elíptica, lo que significa que la distancia entre la Tierra y el Sol varía a lo largo de un año. Y ese el eje se mueve, a razón de un poco más de medio grado cada siglo. Este cambio gradual en la dirección del eje de la tierra, llamado precesión es responsable de los cambios en el clima.
Las corrientes oceánicas
Los océanos son un componente importante del sistema climático. Ellos cubren aproximadamente el 71% de la Tierra y absorben aproximadamente el doble de la radiación del sol que la atmósfera o la superficie de la tierra.
Ciertas partes del mundo se ven influidos por las corrientes oceánicas más que otras. La costa del Perú y otras regiones adyacentes están directamente influenciadas por la corriente de Humboldt que fluye a lo largo del Océano Pacífico. El fenómeno de El Niño puede afectar a las condiciones climáticas en todo el mundo.
Causas humanas
La revolución industrial en el siglo XIX fue el comienzo del uso a gran escala de combustibles fósiles para actividades industriales que crearon puestos de trabajo y con los años, la gente se trasladó desde las zonas rurales a las ciudades, tendencia que se mantiene hoy en día.
Más y más tierra antes cubierta de vegetación fue conquistada por las ciudades. Los recursos naturales están siendo ampliamente utilizados para la construcción, las industrias, el transporte y el consumo.
El consumismo aumenta a pasos agigantados creando montañas de residuos. Además, nuestra población se ha multiplicado sin control. Todo esto ha contribuido a un aumento de los gases de efecto invernadero en la atmósfera.
Gases de efecto invernadero
El dióxido de carbono es el gas de efecto invernadero que afecta más significativamente a la atmósfera, ya que al concentrarse impiden la liberación de la energía solar y elevan la temperatura del medio produciendo el llamado Calentamiento Global.
Los cambios en el patrón de uso de la tierra, la deforestación, el desmonte indiscriminado, la agricultura y las actividades industriales han dado lugar a un funesto aumento en las emisiones de este gas.
El metano es otro gas de efecto invernadero que proviene de animales domésticos como vacas lecheras, cerdos, cabras, búfalos, camellos, caballos y ovejas y también es liberado por los campos de arroz; casi el 90% de los cultivos arroceros se encuentra en Asia, ya que este es su alimento básico.
También se emite metano de los vertederos y en los depósitos de desechos (y si los residuos se queman liberan CO2), durante el proceso de extracción de petróleo y la minería del carbón.
La familia de los óxidos nitrosos son gases que pueden contaminar la atmósfera a partir de la aplicación de fertilizantes (dependiendo de cómo y cuando se utilizan y de los métodos de labranza que se siguen) y de la combustión de los combustibles fósiles, especialmente del escape de los vehículos convencionales.